viernes, 25 de junio de 2010
miércoles, 23 de junio de 2010
* Strauss-Kahn, director do FMI, alentador dunha “reforma laboral que elimine rixideces”, cobra 420.000€ netos anuais, o equivalente a 25 anos de salario dun carteiro. Defende o aumento da idade de xubilación e rebaixa das pensións, pero el terá unha de 210.000€ anuais con so dous anos de cotización.
* Os 2.000 millóns gastados na “campaña de Afganistán” darían para pagar 62.000 mestres da pública.
* Durante 2008, Francisco González, Presidente do BBVA cobrou 5.340.000 €, o equivalente a 250 anos do soldo dunha comadroa da sanidade pública.
* 17.590 millóns de euros son os beneficios dos cinco grandes da banca española. Coa redución do salario de tódolos empregados públicos do país vanse aforrar so 3.000 millóns de euros, é dicir, a sexta parte deses beneficios da banca.
* María Dolores de Cospedal, cobra 230.000 euros como político, é dicir, coma 6 oncólogos ou cardiólogos da pública.
* Os técnicos de Facenda informan que en 2005 (último ano no que o Ministerio de Economía e Facenda publicou datos) houbo 88.617 millóns de euros de fraude tributario e á Seguridade Social. Os empresarios declaran menos de 6.346 euros, é dicir, menos cos asalariados. Somos o único país onde os empresarios declaran menos cos traballadores: as SICAV (as sociedades de inversión dos ricos) tributan so ao 1%, mentres que un empregado público modesto paga un 15%.
* Os 2.000 millóns gastados na “campaña de Afganistán” darían para pagar 62.000 mestres da pública.
* Durante 2008, Francisco González, Presidente do BBVA cobrou 5.340.000 €, o equivalente a 250 anos do soldo dunha comadroa da sanidade pública.
* 17.590 millóns de euros son os beneficios dos cinco grandes da banca española. Coa redución do salario de tódolos empregados públicos do país vanse aforrar so 3.000 millóns de euros, é dicir, a sexta parte deses beneficios da banca.
* María Dolores de Cospedal, cobra 230.000 euros como político, é dicir, coma 6 oncólogos ou cardiólogos da pública.
* Os técnicos de Facenda informan que en 2005 (último ano no que o Ministerio de Economía e Facenda publicou datos) houbo 88.617 millóns de euros de fraude tributario e á Seguridade Social. Os empresarios declaran menos de 6.346 euros, é dicir, menos cos asalariados. Somos o único país onde os empresarios declaran menos cos traballadores: as SICAV (as sociedades de inversión dos ricos) tributan so ao 1%, mentres que un empregado público modesto paga un 15%.
martes, 22 de junio de 2010
BIOGRAFÍA PEDRO GARCÍA OLIVO
Apunte biográfico
Nací en 1961 en una pedanía de Fuente-Álamo, Cartagena, en el seno de una familia de clase baja. Mi infancia supo, quizás por ello, de la emigración, las dificultades económicas, la delincuencia alimenticia, los trastornos mentales, la escolarización tardía e intermitente... He ahí un cuadro típico.
Me licencié en Geografía e Historia por la Universidad de Murcia, donde cursé también estudios de Filosofía. Me doctoré en esa Universidad, con la tesis La policía de la Historia Científica. Crítica del discurso historiográfico.
Cooperé en Nicaragua con el régimen sandinista, en los tiempos del asedio de la Contra, trabajando en las cooperativas de desplazados de guerra de Matagalpa. Más tarde residí en la Hungría tardo-socialista de fines de los 80, donde fui acogido como investigador-huésped por la Universidad de Budapest. Antes de eso, aprobé una oposición y ejercí no demasiados años como profesor agregado de bachillerato. Fueron los días de las denuncias, de los expedientes, de los escándalos de prensa, etc. Días de una práctica deliberada de la insubordinación docente. Otro cuadro típico...
Abandoné la Enseñanza y durante ocho años me dediqué al pastoreo, viviendo de la explotación de un pequeño rebaño de cabras en una aldea de montaña del interior valenciano. Por razones de pobreza atenazante, solicité en el estío del 2001 el reingreso de excedencia, y doy en la actualidad clases de historia y ética en la SES de Alpuente. Padezco esta circunstancia como una contradicción intolerable. Me alivia pensar que, como ayer, estoy sólo de paso por la educación; y que este baño de infamia acabará pronto. Pero no estoy tan seguro...
A raíz de la publicación de El irresponsable, y en parte debido a la polémica suscitada por sus planteamientos anti-escolares, que afectan también a las experiencias pedagógicas ‘alternativas’ (escuelas libres, escuelas “convivenciales”, pedagogías no-directivas, etc), he intervenido como conferenciante en Universidades del Estado español (Sevilla, Albacete, Valencia, Madrid, Salamanca, Castellón, Huesca, Santiago, Deusto, Barcelona,...) y de Latinoamérica (Venezuela y Colombia) y en todos los Centros Sociales, Colectivos, Ateneos, Bibliotecas,... que se han interesado por estas cuestiones y me han propuesto una charla-debate.
A partir de julio de 2005, el centro de gravedad de mis inquietudes se desplaza hacia las comunidades indígeno-campesinas del área latinoamericana, donde procuro residir intermitentemente. Convierto su problemática en el eje de mis últimos trabajos literarios y videográficos.
Para contribuir a la difusión de las literaturas enemigas, he proyectado una editorial no-económica, que distribuirá de forma gratuita sus realizaciones: “Los Discursos Peligrosos Editorial”.
Fundé una familia, y luego se rompió.
Llevo toda la vida escribiendo, no sé por qué.
Nací en 1961 en una pedanía de Fuente-Álamo, Cartagena, en el seno de una familia de clase baja. Mi infancia supo, quizás por ello, de la emigración, las dificultades económicas, la delincuencia alimenticia, los trastornos mentales, la escolarización tardía e intermitente... He ahí un cuadro típico.
Me licencié en Geografía e Historia por la Universidad de Murcia, donde cursé también estudios de Filosofía. Me doctoré en esa Universidad, con la tesis La policía de la Historia Científica. Crítica del discurso historiográfico.
Cooperé en Nicaragua con el régimen sandinista, en los tiempos del asedio de la Contra, trabajando en las cooperativas de desplazados de guerra de Matagalpa. Más tarde residí en la Hungría tardo-socialista de fines de los 80, donde fui acogido como investigador-huésped por la Universidad de Budapest. Antes de eso, aprobé una oposición y ejercí no demasiados años como profesor agregado de bachillerato. Fueron los días de las denuncias, de los expedientes, de los escándalos de prensa, etc. Días de una práctica deliberada de la insubordinación docente. Otro cuadro típico...
Abandoné la Enseñanza y durante ocho años me dediqué al pastoreo, viviendo de la explotación de un pequeño rebaño de cabras en una aldea de montaña del interior valenciano. Por razones de pobreza atenazante, solicité en el estío del 2001 el reingreso de excedencia, y doy en la actualidad clases de historia y ética en la SES de Alpuente. Padezco esta circunstancia como una contradicción intolerable. Me alivia pensar que, como ayer, estoy sólo de paso por la educación; y que este baño de infamia acabará pronto. Pero no estoy tan seguro...
A raíz de la publicación de El irresponsable, y en parte debido a la polémica suscitada por sus planteamientos anti-escolares, que afectan también a las experiencias pedagógicas ‘alternativas’ (escuelas libres, escuelas “convivenciales”, pedagogías no-directivas, etc), he intervenido como conferenciante en Universidades del Estado español (Sevilla, Albacete, Valencia, Madrid, Salamanca, Castellón, Huesca, Santiago, Deusto, Barcelona,...) y de Latinoamérica (Venezuela y Colombia) y en todos los Centros Sociales, Colectivos, Ateneos, Bibliotecas,... que se han interesado por estas cuestiones y me han propuesto una charla-debate.
A partir de julio de 2005, el centro de gravedad de mis inquietudes se desplaza hacia las comunidades indígeno-campesinas del área latinoamericana, donde procuro residir intermitentemente. Convierto su problemática en el eje de mis últimos trabajos literarios y videográficos.
Para contribuir a la difusión de las literaturas enemigas, he proyectado una editorial no-económica, que distribuirá de forma gratuita sus realizaciones: “Los Discursos Peligrosos Editorial”.
Fundé una familia, y luego se rompió.
Llevo toda la vida escribiendo, no sé por qué.
otras escuelas?
La pedagogía libertaria es un modo diferente al que estamos acostumbrados de concebir la educación. Por educación entendemos la asimilación por parte de las personas de una sociedad, de los valores y comportamientos que rigen su funcionamiento. Por tanto las sociedades y sus modelos de funcionamiento dependen de la educación para perpetuarse en el tiempo.
Pero la sociedad predominante pretende mantener ciertas estructuras y formas de poder que nosotros creemos injustos ya que no permiten el desarrollo igualitario de las personas, creando clases dominantes tanto política como económicamente. Este autoritarismo lo manifiesta la sociedad desde la educación para crear personas dependientes, autoritarias y competitivas que asumen las injusticias del sistema como algo natural a la humanidad, integrándonos en un sistema insolidario y que mantiene desigualdades, violencia, enfrentamientos y explotación. Buscamos una transformación global de la sociedad. Para ello debemos cambiar muchos de las valores de la sociedad actual, a través de la educación buscando Apoyo mutuo, solidaridad, libertad, igualdad ético colectiva, dignidad y responsabilidad, es decir la dicha y el bienestar del ser humano.
Toda la sociedad influye en la educación por ello no debemos quedarnos sola en la transformación de la escuela ya que la vida es la principal escuela. No tenemos que centrarnos solo una determinada edad la infantil para introducir estas ideas y comportamientos. aunque es la edad más importante para introducir valores cuando todavía la sociedad, la familia, el poder, y las medios de comunicación no han influido negativamente en nosotros. Sino que esta educación debe ser una formo de funcionamiento continua en nuestras vidas.
Pero la sociedad predominante pretende mantener ciertas estructuras y formas de poder que nosotros creemos injustos ya que no permiten el desarrollo igualitario de las personas, creando clases dominantes tanto política como económicamente. Este autoritarismo lo manifiesta la sociedad desde la educación para crear personas dependientes, autoritarias y competitivas que asumen las injusticias del sistema como algo natural a la humanidad, integrándonos en un sistema insolidario y que mantiene desigualdades, violencia, enfrentamientos y explotación. Buscamos una transformación global de la sociedad. Para ello debemos cambiar muchos de las valores de la sociedad actual, a través de la educación buscando Apoyo mutuo, solidaridad, libertad, igualdad ético colectiva, dignidad y responsabilidad, es decir la dicha y el bienestar del ser humano.
Toda la sociedad influye en la educación por ello no debemos quedarnos sola en la transformación de la escuela ya que la vida es la principal escuela. No tenemos que centrarnos solo una determinada edad la infantil para introducir estas ideas y comportamientos. aunque es la edad más importante para introducir valores cuando todavía la sociedad, la familia, el poder, y las medios de comunicación no han influido negativamente en nosotros. Sino que esta educación debe ser una formo de funcionamiento continua en nuestras vidas.
lunes, 21 de junio de 2010
"Seamos perezosos en todas las cosas, excepto al amar y al beber, excepto al ser perezosos". Lessing
P. Lafargue
El derecho a la pereza
"Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras de las naciones donde domina la civilización capitalista. Esta locura trae como resultado las miserias individuales y sociales que, desde hace siglos, torturan a la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de sus hijos. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacralizado el trabajo. Hombres ciegos y de escaso talento, quisieron ser más sabios que su dios; hombres débiles y despreciables, quisieron rehabilitar lo que su dios había maldecido. Yo, que no me declaro cristiano, economista ni moralista, planteo frente a su juicio, el de su Dios; frente a las predicaciones de su moral religiosa, económica y libre pensadora, las espantosas consecuencias del trabajo en la sociedad capitalista.
"Cuanto más trabajen mis pueblos, menos vicios habrá", escribía Napoleón desde Osterode el 5 de mayo de 1807. "Yo soy la autoridad [...] y estaría dispuesto a ordenar que el domingo, luego de la hora de la misa, las tiendas se abrieran y los obreros volvieran a su trabajo".
Para extirpar la pereza y doblegar los sentimientos de arrogancia e independencia que ella engendra, el autor del Essay on Trade... proponía encarcelar a los pobres en las casas de trabajo ideales (ideal workhouses) que se convertirían en "casas de terror donde se haría trabajar catorce horas por día, de tal manera que, restando el tiempo de la comida, quedarían doce horas de trabajo plenas y completas".
"Doce horas de trabajo por día: he ahí el ideal de los filántropos y de los moralistas del siglo XVIII. ¡Cómo hemos sobrepasado ese nec plus ultra! Los talleres modernos se han convertido en casas ideales de corrección donde se encarcela a las masas obreras, donde se condena a trabajos forzados durante doce y catorce horas, no solamente a los hombres, sino también a las mujeres y a los niños!¡Y pensar que los hijos de los héroes del Terror se dejaron degradar por la religión del trabajo al punto de aceptar después de 1848, como una conquista revolucionaria, la ley que limitaba a doce horas el trabajo en las fábricas! Proclamaban, como un principio revolucionario, el derecho al trabajo. ¡Vergüenza al proletariado francés! Sólo los esclavos hubiesen sido capaces de tal bajeza. Hubieran sido necesarios veinte años de civilización capitalista para que un griego de los tiempos heroicos concebiera tal envilecimiento."
"Prestando oído a las falsas palabras de los economistas, los proletarios se han entregado en cuerpo y alma al vicio del trabajo, precipitando así a toda la sociedad en las crisis industriales de sobreproducción que convulsionan el organismo social. Entonces, debido a que hay una plétora de mercancías y escasez de compradores, los talleres se cierran y el hambre azota las poblaciones obreras con su látigo de mil tiras. Los proletarios, embrutecidos por el dogma del trabajo, no comprenden que el sobretrabajo que se infligieron en los tiempos de pretendida prosperidad es la causa de su miseria presente; no corren al granero de trigo y gritan: "¡Tenemos hambre y queremos comer! Cierto, no tenemos ni un centavo pero por más pobres que seamos, sin embargo somos nosotros los que segamos el trigo y recolectamos la uva...". No asedian los almacenes del señor Bonnet, de Jujuriex, el inventor de los conventos industriales y exclaman: "Señor Bonnet, he aquí a sus obreras ovalistas, torcedoras, hilanderas, tejedoras; tiritan bajo sus telas de algodón, que están tan remendadas que perturbarían hasta a un judío y sin embargo, son ellas las que hilaron y tejieron los vestidos de seda de las mujerzuelas de toda la cristiandad. Las pobres, trabajando trece horas por día, no tenían tiempo de pensar en acicalarse; hoy, holgazanean y pueden hacer crujir los vestidos que hicieron. Desde que perdieron sus dientes de leche, se han dedicado a vuestra riqueza y han vivido en la abstinencia; ahora, tienen tiempo libre y quieren gozar un poco de los frutos de su trabajo. Vamos, señor Bonnet, entregue sus vestidos; el señor Harmel proporcionará sus muselinas, el señor Pouyer-Quertier sus telas de algodón, el señor Pinet sus botines para sus queridos piecitos fríos y húmedos. Vestidas de pies a cabeza y vivaces, será un placer contemplarlas. Vamos, nada de tergiversaciones: ¿usted es amigo de la humanidad, verdad? ¿Y cristiano antes que mercader, no? Ponga entonces a disposición de sus obreras la riqueza que ellas le construyeron con la carne de su carne. ¿Usted es amigo del comercio? Facilite la circulación de las mercancías; he aquí a los consumidores todos juntos; ábrales créditos ilimitados. Usted está obligado a dárselo a negociantes que no conoce, que no le han dado nada, ni siquiera un vaso con agua. Sus obreras cumplirán como puedan: si el día del vencimiento, ellas dejan que protesten su firma, usted las declarará en quiebra, y si ellas no tienen nada que pueda ser embargado, usted les exigirá que le paguen con plegarias: ellas lo enviarán al paraíso, mejor que sus ?bolsas negras? [curas] con su nariz llena de tabaco".
En vez de aprovechar los momentos de crisis para una distribución general de los productos y una holganza y regocijo universales, los obreros, muertos de hambre, van a golpearse la cabeza contra las puertas del taller. Con rostros pálidos, cuerpos enflaquecidos, con palabras lastimosas, acometen a los fabricantes: "¡Buen señor Chagot, dulce señor Schneider, dénnos trabajo; no es el hambre sino la pasión del trabajo lo que nos atormenta!". Y estos miserables, que apenas tienen la fuerza como para mantenerse en pie, venden doce y catorce horas de trabajo a un precio dos veces menor que en el momento en que tenían pan sobre la mesa. Y los filántropos de la industria aprovechan la desocupación para fabricar a mejor precio."
El derecho a la pereza
"Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras de las naciones donde domina la civilización capitalista. Esta locura trae como resultado las miserias individuales y sociales que, desde hace siglos, torturan a la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda por el trabajo, llevada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de sus hijos. En vez de reaccionar contra esta aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacralizado el trabajo. Hombres ciegos y de escaso talento, quisieron ser más sabios que su dios; hombres débiles y despreciables, quisieron rehabilitar lo que su dios había maldecido. Yo, que no me declaro cristiano, economista ni moralista, planteo frente a su juicio, el de su Dios; frente a las predicaciones de su moral religiosa, económica y libre pensadora, las espantosas consecuencias del trabajo en la sociedad capitalista.
"Cuanto más trabajen mis pueblos, menos vicios habrá", escribía Napoleón desde Osterode el 5 de mayo de 1807. "Yo soy la autoridad [...] y estaría dispuesto a ordenar que el domingo, luego de la hora de la misa, las tiendas se abrieran y los obreros volvieran a su trabajo".
Para extirpar la pereza y doblegar los sentimientos de arrogancia e independencia que ella engendra, el autor del Essay on Trade... proponía encarcelar a los pobres en las casas de trabajo ideales (ideal workhouses) que se convertirían en "casas de terror donde se haría trabajar catorce horas por día, de tal manera que, restando el tiempo de la comida, quedarían doce horas de trabajo plenas y completas".
"Doce horas de trabajo por día: he ahí el ideal de los filántropos y de los moralistas del siglo XVIII. ¡Cómo hemos sobrepasado ese nec plus ultra! Los talleres modernos se han convertido en casas ideales de corrección donde se encarcela a las masas obreras, donde se condena a trabajos forzados durante doce y catorce horas, no solamente a los hombres, sino también a las mujeres y a los niños!¡Y pensar que los hijos de los héroes del Terror se dejaron degradar por la religión del trabajo al punto de aceptar después de 1848, como una conquista revolucionaria, la ley que limitaba a doce horas el trabajo en las fábricas! Proclamaban, como un principio revolucionario, el derecho al trabajo. ¡Vergüenza al proletariado francés! Sólo los esclavos hubiesen sido capaces de tal bajeza. Hubieran sido necesarios veinte años de civilización capitalista para que un griego de los tiempos heroicos concebiera tal envilecimiento."
"Prestando oído a las falsas palabras de los economistas, los proletarios se han entregado en cuerpo y alma al vicio del trabajo, precipitando así a toda la sociedad en las crisis industriales de sobreproducción que convulsionan el organismo social. Entonces, debido a que hay una plétora de mercancías y escasez de compradores, los talleres se cierran y el hambre azota las poblaciones obreras con su látigo de mil tiras. Los proletarios, embrutecidos por el dogma del trabajo, no comprenden que el sobretrabajo que se infligieron en los tiempos de pretendida prosperidad es la causa de su miseria presente; no corren al granero de trigo y gritan: "¡Tenemos hambre y queremos comer! Cierto, no tenemos ni un centavo pero por más pobres que seamos, sin embargo somos nosotros los que segamos el trigo y recolectamos la uva...". No asedian los almacenes del señor Bonnet, de Jujuriex, el inventor de los conventos industriales y exclaman: "Señor Bonnet, he aquí a sus obreras ovalistas, torcedoras, hilanderas, tejedoras; tiritan bajo sus telas de algodón, que están tan remendadas que perturbarían hasta a un judío y sin embargo, son ellas las que hilaron y tejieron los vestidos de seda de las mujerzuelas de toda la cristiandad. Las pobres, trabajando trece horas por día, no tenían tiempo de pensar en acicalarse; hoy, holgazanean y pueden hacer crujir los vestidos que hicieron. Desde que perdieron sus dientes de leche, se han dedicado a vuestra riqueza y han vivido en la abstinencia; ahora, tienen tiempo libre y quieren gozar un poco de los frutos de su trabajo. Vamos, señor Bonnet, entregue sus vestidos; el señor Harmel proporcionará sus muselinas, el señor Pouyer-Quertier sus telas de algodón, el señor Pinet sus botines para sus queridos piecitos fríos y húmedos. Vestidas de pies a cabeza y vivaces, será un placer contemplarlas. Vamos, nada de tergiversaciones: ¿usted es amigo de la humanidad, verdad? ¿Y cristiano antes que mercader, no? Ponga entonces a disposición de sus obreras la riqueza que ellas le construyeron con la carne de su carne. ¿Usted es amigo del comercio? Facilite la circulación de las mercancías; he aquí a los consumidores todos juntos; ábrales créditos ilimitados. Usted está obligado a dárselo a negociantes que no conoce, que no le han dado nada, ni siquiera un vaso con agua. Sus obreras cumplirán como puedan: si el día del vencimiento, ellas dejan que protesten su firma, usted las declarará en quiebra, y si ellas no tienen nada que pueda ser embargado, usted les exigirá que le paguen con plegarias: ellas lo enviarán al paraíso, mejor que sus ?bolsas negras? [curas] con su nariz llena de tabaco".
En vez de aprovechar los momentos de crisis para una distribución general de los productos y una holganza y regocijo universales, los obreros, muertos de hambre, van a golpearse la cabeza contra las puertas del taller. Con rostros pálidos, cuerpos enflaquecidos, con palabras lastimosas, acometen a los fabricantes: "¡Buen señor Chagot, dulce señor Schneider, dénnos trabajo; no es el hambre sino la pasión del trabajo lo que nos atormenta!". Y estos miserables, que apenas tienen la fuerza como para mantenerse en pie, venden doce y catorce horas de trabajo a un precio dos veces menor que en el momento en que tenían pan sobre la mesa. Y los filántropos de la industria aprovechan la desocupación para fabricar a mejor precio."
martes, 15 de junio de 2010
acerca do recordo
A o día de hoxe a reforma segue adiante, non é reforma, é un ataque profundo , unha sonora bofetada , de seguir así converterémonos todos en mártires
CHAMADA INCERTA
Saude compañeiros , benvidos o meu blog , a miña intención ó crealo e mostrar algunhas das impresions que me ofrece a vida , beleza, loita, feblezas, ilusións e vacios. Espero que sexa ante todo visual e nos permita unha fonda visión de nos mesmos como individuos e sociedade.
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